miércoles, 1 de abril de 2009

CONCLUSIONES SOBRE EL MARCO CURRICULAR COMÚN


La educación media superior (EMS) en México enfrenta desafíos que podrán ser atendidos sólo si este nivel educativo se desarrolla con una identidad definida que permita a sus distintos actores avanzar ordenadamente hacia los objetivos propuestos. Actualmente, la EMS en el país está compuesta por una serie de subsistemas que operan de manera independiente, sin correspondencia a un panorama general articulado y sin que exista suficiente comunicación entre ellos.
El reto es encontrar los objetivos comunes de esos subsistemas para potenciar sus alcances. Esto debe ocurrir en un marco que reconozca la importancia de la EMS como un espacio para la formación de personas cuyos conocimientos y habilidades deben permitirles desarrollarse de manera satisfactoria, ya sea en sus estudios superiores o en el trabajo y, de manera más general, en la vida.
Existen distintas soluciones posibles al problema de la desarticulación académica de los planes y programas de estudio. Una de ellas es la de establecer los desempeños finales compartidos que el ciclo de bachillerato debería alcanzar en todos los egresados, una segunda la de crear un tronco común idéntico para todas las modalidades y subsistemas, y una tercera es la de definir un conjunto de asignaturas obligatorias.
De estas tres opciones la primera —desempeños finales compartidos— es la más viable y conveniente. Un tronco común no sería adecuado porque obligaría a todas las instituciones a una reestructura que puede ser inviable para su organización y funcionamiento académicos y poco beneficiosa para los objetivos particulares de la formación que ofrece cada institución particular.
Establecer un tronco común significaría anular el esfuerzo realizado, homogeneizando estructuras curriculares en detrimento de la oferta propia de la institución y la necesaria diversidad curricular. Igualmente, la opción de las asignaturas obligatorias afectaría la necesaria flexibilidad de la oferta académica de los planteles, forzándolos a planes de estudio rígidos puesto que si las escuelas estuvieran obligadas a impartir un determinado número de materias, se reduciría el espacio para la oferta propia y las trayectorias optativas de los alumnos.
La opción que mejor unifica y mantiene la diversidad es la de acordar cuáles son los conocimientos, las habilidades y actitudes que todo bachiller debe poseer al finalizar sus estudios. Se trata de definir un perfil básico del egresado, compartido por todas las instituciones, y enriquecido de muy distintas maneras por aquello específico que cada institución ofrece de forma adicional, tanto en términos de formación para el trabajo como en la adquisición de conocimientos disciplinares más complejos. El perfil básico hace referencia a los desempeños comunes que los egresados del bachillerato deben conseguir independientemente de la modalidad y subsistema que cursen. Es lo que constituiría el eje de la identidad de la educación media superior.
Definir el perfil del egresado en términos de desempeños terminales tiene la ventaja de que proporciona el marco común del bachillerato a partir de distintos desarrollos curriculares, sin forzar troncos comunes o asignaturas obligatorias, conciliando los propósitos de alcanzar lo común y al mismo tiempo respetar la necesaria diversidad.
Este Marco Curricular Común se construyó a través de cinco niveles de concreción:
Nivel Interinstitucional, donde se desarrollo el consenso entre instituciones de EMS en torno al perfil del egresado y las competencias a desarrollar.
Nivel Institucional, se refiere a los distintos modelos educativos. Las instituciones tendrán el reto de enriquecerlo con aquellas competencias adicionales que consideren valiosas de incorporar de acuerdo a su filosofía y proyecto educativo.
Tercer nivel, empatar el MCC a los planes y programas de estudio para su respectiva operación en los planteles educativos.
Nivel Escuela, corresponde a la aportación de cada plantel en términos de adecuaciones curriculares, tutorías y actividades extraescolares.
Nivel Aula, decisiones del docente sobre planeación, desarrollo y evaluación del proceso de aprendizaje.
El MCC beneficiará a las instituciones en dar identidad al nivel medio superior, portabilidad de estudios y reconocimiento de todos los subsistemas. A los estudiantes, los beneficiará con el logro de competencias a brindarles la seguridad de tomar las mejores decisiones en su plan de vida, privilegiará el aprendizaje autónomo y ofrecerá equidad en la permanencia de su Bachillerato.
En este sentido, las mejores escuelas serán aquellas que provoquen el gusto por aprender en los estudiantes, que logren abatir el abandono escolar, aquella que sea vista como el espacio enriquecedor y gratificante para los jóvenes.
Fuentes: Primer Grado "El Marco Curricular Común", LaCreacióndeunSistemaNacionaldeBachilleratoenunMarcodeDiversidad.pdf
Manuel Tello Guerrero

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